Felicitación Navidad 2021 – 12 Reglas Para Vivir

Mantenerse erguido con los hombros hacia atrás es aceptar con los ojos bien abiertos la terrible responsabilidad que supone vivir. Significa que decides voluntariamente transformar el caos de lo potencial en las realidades de un orden habitable. Significa que asumes la carga de la vulnerabilidad consciente y que  aceptas el final del paraíso inconsciente de la infancia, desde donde apenas se comprende qué significa ser mortal. Significa que te comprometes por propia voluntad con los sacrificios necesarios para generar una realidad productiva y significativa. Significa, como se decía antiguamente, comportarse para satisfacer a Dios.

Mantenerse erguido con los hombros hacia atrás significa construir el arca que protege al mundo del diluvio, guiar a tu pueblo a través del desierto después de haber escapado de la tiranía, abandonar la comodidad del hogar y divulgar el mensaje profético entre quienes ignoran a las viudas y a los niños. Significa cargar con la cruz que marca la «X», ese lugar donde tú y el Ser os cruzáis de forma estremecedora. Significa derribar un régimen muerto, rígido y demasiado tiránico y lanzarlo de vuelta al caos en el que se generó. Significa encarar la incertidumbre resultante y establecer a continuación un orden mejor, dotado de más significado y más productivo.

Así que presta atención a tu postura. Deja de arquearte, enderézate. Di lo que piensas. Deja claro lo que quieres, como si tuvieras derecho a conseguirlo (al menos el mismo que los demás). Anda con la cabeza bien alta y mira al frente con franqueza. Atrévete a ser un peligro. Haz que la serotonina fluya a raudales a través de las vías neuronales que arden a la espera de su efecto tranquilizante.

La gente, y tú también, empezará a asumir que eres una persona capaz y competente, o por lo menos no sacarán inmediatamente la conclusión inversa. Y esas nuevas respuestas positivas te darán ánimo y empezarás a sentir menos angustia. Te resultará entonces más fácil prestar atención a las sutiles claves que se intercambian en la comunicación social. Tus conversaciones fluirán de forma más natural, con menos pausas embarazosas. Y así te será más fácil conocer a gente, interactuar e impresionar. Todo esto no solo aumentará notablemente la probabilidad de que te pasen cosas buenas, sino que conseguirá que esas cosas buenas te hagan sentir aún mejor cuando sucedan. Con nuevos ánimos, con más fuerza puede que decidas abrazar el Ser y hacer lo posible para que se desarrolle y mejore. Con más fuerza puede que seas capaz de aguantar de pie, incluso durante la enfermedad de un ser querido, incluso tras la muerte de un familiar, y dejar que los demás se apoyen en tu fuerza cuando de lo contrario se hundirían en la desesperación.

Con nuevos ánimos, te embarcarás en el viaje de tu vida, brillarás como desde una colina celestial e irás tras el destino que te corresponde. Puede que entonces el significado que posea tu vida baste para mantener a raya la peligrosa influencia de la desesperación existencial.

Y puede que entonces aceptes la terrible carga del mundo y que sientas alegría. Inspírate en la langosta victoriosa, con sus 350 millones de años de sabiduría práctica acumulados. Enderézate con los hombros hacia atrás.

Querida familia,

Este año comienzo a escribir esta carta un poco antes de lo que acostumbro. Estoy sobrevolado el Golfo de México camino de CDMX. Son las 11:24 del medio día de España. He dormido mejor de lo que esperaba en la estrechez de mi butaca y ahora que estoy descansado y con la idea de entretenerme, me ha parecido interesante revisar fotos del móvil. Haciéndolo me he encontrado con una (os la reproduzco a continuación) que me ha inspirado lo suficiente para comenzar a escribir. Es curioso como algunas cosas vienen a nuestra vida y vuelven justo en el momento en el que las necesitamos, como si alguien mágicamente lo orquestase. Quiero pensar que TÚ.

Hace a penas quince horas estaba reunido con el equipo del que será el próximo reto profesional: Singular Beacon SL (spin off de Digital Branding Ltd) plantando los cimientos de este próximo reto profesional.

En dos horas me recibirá en DF uno de los miembros más importantes de esta aventura a la que también podemos llamar, en su sentido más amplio, empresa. Christian, por fin podré conocerte personalmente después de cinco años de ocupar la pole en mi lista de llamadas recientes. Nos esperan buenas aventuras en México, Oaxaca, y Huatulco.

En paralelo y según os escribo me viene a la mente el recuerdo del pasado sábado cuando celebré mi treinta cumpleaños. Fue un día perfecto. Gracias a los que lo hicisteis posible. Solo te eché de menos a ti que, además de tu vida, compartías fecha de cumpleaños conmigo. Estoy seguro de que estarías contenta y orgullosa de verme bien. Estoy ilusionado. Estoy feliz. Me siento un poquito más cerca de este concepto que hemos acuñado como IKIGAI.

Este año ha venido repleto de cambios. Vamos a oficializar algo que ya sentíamos desde hace tiempo. Nuestra familia crece y los destinos de Pascual Adell quedarán oficialmente conectados a los de los Gómez Tena. Lo siento Christian pero creo que ahora, lo de cuñado va a pesar más todavía. Eso no le resta una pizca de magia a que te quiera como a un hermano y que los dos seáis de las personas con la que más me gusta compartir tiempo. A vosotros Irene y Christian os deseo mucha salud porque suerte ya tenéis, no hay más que ver la felicidad que desprendéis cuando estáis juntos.

Elegir la fuente que inspire la reflexión de este año no ha sido tarea fácil.

Si no crees en la libertad de expresión, no crees en la humanidad.

Esta carta está inspirada en un libro algo más polémico que de costumbre. Su nombre es 12 Reglas Para Vivir. Un antídoto al Caos de Jordan B. Peterson. Los que me conocéis bien sabéis cuanto me gusta polemizar. Dicho esto, no coincido con todo lo expuesto en él pero sí con todo lo que os comparto.

Desde luego, en el mismo momento resulta más fácil callarse y evitar el conflicto, pero a largo plazo es algo fatídico. Cuando tienes algo que decir, el silencio es una mentira y la tiranía se alimenta de mentiras.

Jordan es doctor en psicología clínica y ejerce su profesión como terapeuta y profesor en la Universidad de Toronto. Nacido en Canadá, ganó notoriedad pública por su crítica a la corrección política y sus opiniones sobre la igualdad y la identidad de género. En un foro público redactó una serie de consejos para dar respuesta a la pregunta: Cuáles son las cosas más valiosas que alguien debería saber.

Estas ideas se transformaron posteriormente en los dos libros: 12 Reglas Para Vivir y Más Allá del Orden.

Continuando con las novedades:

Regla 9: Da por hecho que la persona a la que escuchas puede saber algo que tú no sabes.

A lo que añadiría: «o ver algo que tú no ves» cómo os contaba en la carta del año pasado con el ejercicio de la Ventana de Johari.

La segunda novedad tiene que ver con esto y ha sido motivada por el feedback que algunos me disteis sobre la legibilidad del pdf en el móvil. Desde ahora podréis leerme en este portal web donde además y por si alguno tiene curiosidad, he publicado las cartas de otros años.

La tercera novedad, como habéis podido intuir o ya sabéis porque lo hemos hablado, tiene que ver con que este año me voy a dedicar a lo que siempre he querido:

Trabaja con todas tus fuerzas en al menos una sola cosa y ve qué sucede.

Comentaba en una entrevista para Mujeres&CIA que mi mayor logro ha sido emprender, o mejor dicho, seguir navegando cuando el viento rola a proa, has perdido a la mitad de la tripulación y te das cuenta de que el Norte no está donde creías. El próximo desafío es Singular Beacon como evolución natural de Digital Branding Ltd. Comenzamos este reto tras seis años de aventura en Londres, ciudad que nos vio nacer.

Creo que parte de la falta de éxito de Digital Branding Ltd ha sido el no tener una contrapartida en el proceso de toma de decisiones. No entendía la figura de un socio en una empresa hasta hace bien poco. Esta es la razón por la que la persona a la que dedicó esta carta, mi padre, Javier Pascual, se incorpora como Presidente.

Estoy firmemente convencido de que la mejor forma de arreglar el mundo, el auténtico sueño de un manitas, es arreglarse a uno mismo.

Él, además de despertar mi inquietud y la curiosidad que han dado fruto a una gran parte de lo que soy, es un manitas y me ha enseñado mucho de bricolaje. Os lo cuento por si algún día necesitáis una mano con algo 😉

El año no solo ha tenido momentos de luz sino también momentos grises.

Si dices «no» a tu jefe, a tu mujer o a tu madre cuando hay que decírselo, entonces te transformas en alguien que puede decir «no» cuando hay que decirlo. Por el contrario, si dices «sí» cuando tienes que decir «no», te transformas en alguien que solo puede decir «sí», incluso cuando manifiestamente toca decir lo contrario. Si alguna vez te has preguntado cómo es posible que personas totalmente comunes y decentes acabaran realizando las cosas terribles que hacían los guardias de los gulags, aquí tienes la respuesta. Cuando había llegado el momento de decir claramente «no», ya no quedaba nadie en condiciones de hacerlo.

No sé muy bien si no me enseñaron o simplemente no quise aprender, por necesidad de encajar, a decir que no. Este año he tenido que decir no más de lo habitual, más de lo que acostumbro, más de lo que me encontraba cómodo.

Imagina quién podrías ser y luego dedícate completamente a eso.

He dejado un trabajo del que me sentía parte importante y al hacerlo, también he dejado a gente que respeto y a la que tengo aprecio. El objetivo perseguir un sueño. Se habla mucho de los sueños pero no del coste que tiene perseguirlos.

También nos hemos dicho adiós. El solo pensarlo me cambia el gesto y me nubla los ojos como el primer rocío de tu nombre…

Si viejas memorias aún te hacen llorar, escríbelas en su totalidad de manera cuidadosa.

Trataré de hacerlo…

A ti que tienes nombre propio en mi vida. A ti que te acabo de decir te quiero mucho, aunque tenemos pactado que hay cosas que no se deben de decir. A ti que estás siempre cuando se te necesita aunque duela. A ti que das nombre al comienzo del día. Gracias por existir, gracias los que han participado de que seas como eres y sobre todo gracias por quererme como me quieres.

Como propósitos de este año me propongo elegir bien a que quiero dedicar mi tiempo, saber cuándo decir no (que, a veces, es más difícil que decir sí) y valorar cuando merece la pena dejar ir. Esto me recuerda a la historia que me contó una buena amiga. Os la resumo en un párrafo:

Un hombre encontró en su camino un rio y para cruzarlo, construyó con mucho esfuerzo un puente. Tardó en construirlo casi dos semanas y era robusto y seguro y una vez cruzó el rio, le gustó tanto que lo siguió arrastrando el resto del camino, por si acaso, sin ser consciente del lastre que esto suponía.

Y aunque le encuentro el punto a la historia, creo que a los que la vida nos ha forzado a decir adiós, preferimos simplemente decir hasta luego.

Otra cosa en la que estoy trabajando es en lo siguiente:

Regla 8: Di la verdad, o por lo menos no mientas.

En el origen de los tiempos, de acuerdo con la gran tradición occidental, la Palabra divina transformó, al enunciarse, el caos en Ser. Esa misma tradición se basa en la noción de que el hombre y la mujer están hechos a imagen y semejanza de Dios. También nosotros convertimos el caos en Ser mediante la palabra. Transformamos las numerosas posibilidades del futuro en las realidades del pasado y del presente.

Decir la verdad supone incorporar al Ser la realidad más habitable. La verdad construye edificios que pueden resistir en pie durante miles de años. La verdad da ropa y alimentos a los pobres y hace que las naciones disfruten de prosperidad y seguridad. La verdad reduce la terrible complejidad de una persona a la simplicidad de su palabra, de tal forma que pueda estar a nuestro lado y no en contra de nosotros. La verdad hace que el pasado se quede de verdad en el pasado y consigue sacar el mayor provecho de nuestras posibilidades futuras. La verdad es el mayor recurso natural, aquel que nunca se puede agotar. Es la luz en las tinieblas.

Ve la verdad. Di la verdad.

La verdad no se manifestará en forma de opiniones en boca de otros, puesto que la verdad no es ni una sucesión de eslóganes ni una ideología. Será, por el contrario, algo personal. Tu verdad es algo que solo tú puedes determinar, puesto que se basa en las circunstancias únicas de tu vida. Entiende tu verdad personal. Exprésala con cuidado, articúlala bien, tanto a ti mismo como a los demás. Así conseguirás en lo inmediato una vida más abundante y una mayor seguridad, al tiempo que tomas posesión de la estructura de tus creencias actuales. Y así conseguirás la benevolencia del futuro, que posiblemente se aleje de las certezas del pasado.

La verdad siempre emana permanentemente renovada del manantial más profundo del Ser. Impedirá que tu alma se marchite y agonice cuando tengas que hacer frente a la inevitable tragedia que es la vida. Así no sentirás la necesidad de cobrarte venganza por esa tragedia, que es parte necesaria del terrible pecado del Ser, que toda cosa creada ha de soportar con entereza para poder simplemente existir.

Si tu vida no es lo que podría ser, prueba a decir la verdad. Si te aferras de forma desesperada a una ideología o si te regodeas en el nihilismo, prueba a decir la verdad. Si te sientes débil, rechazado, desesperado y confundido, prueba a decir la verdad. En el paraíso todo el mundo dice la verdad. Eso es lo que lo convierte en el paraíso.

Di la verdad, o por lo menos no mientas.

Y no podría estar más de acuerdo con esto:

Creo que la verdad es lo más valioso, aunque tiene que estar incrustado de amor. Lo que quiero decir con esto es que la verdad debe servir al mayor bien imaginable. Para mí, eso es lo mejor para cada individuo, de la manera que a la vez es lo mejor para la familia, el estado y la naturaleza misma. Pero sólo puedes querer eso bueno si amas el Ser.

Y ya puestos…

Actúa de tal manera que puedas decir la verdad sobre cómo actúas.

Y…

Haz por lo menos una cosa mejor en cada lugar al que vayas.

Y tampoco podría dejar escapar esta…

Sé el héroe que tu madre quería que fueras.

Si recordáis la carta del año 2019, cuando tratábamos de dibujar con palabras un sentimiento tan complejo como la felicidad y decíamos que:

La Felicidad es ese sentimiento de paz que uno tiene cuando sabe que está en el camino correcto

Jorge Bucay

Por primera vez en mucho tiempo tengo la certeza de que este sendero que, a penas comienzo a recorrer, es el que quiero recorrer. Todavía hay muchas incógnitas ¿A dónde lleva? ¿Quién me va a acompañar? ¿Es el correcto? estoy deseando que me sorprenda. Por mi parte mi más sincero agradecimiento a todos los que lo habéis hecho posible.

Un viaje feliz podría ser mejor que el destino donde vas.

Esto del viaje es algo bastante recurrente como bien sabe Ralph Waldo Emerson

Estos momentos no duran para siempre así que voy a tratar de exprimirlo al máximo, pero con más cabeza que en el pasado…

¿Quién decidió, en todo caso, que la carrera es más importante que el amor y la familia? ¿Acaso merece la pena sacrificar todo lo que hay que sacrificar para trabajar ochenta horas a la semana en un exclusivo bufete de abogados? Y si merece la pena, ¿por qué es así?

Y os dejo a continuación la última reflexión que he hecho gracias a este libro, una generalización a saber decir que no que tiene más que ver con darse valor que con una invitación a ser egoísta.

Muchas de las pacientes (quizá incluso la mayoría) que atiendo en mi práctica clínica tienen problemas en sus trabajos y vidas familiares no por ser demasiado agresivas, sino porque no lo son lo suficiente. Los terapeutas cognitivo-conductistas llaman «entrenamiento de firmeza» al tratamiento que reciben estas personas, generalmente caracterizadas por los rasgos más femeninos de simpatía (cortesía y compasión) e inestabilidad (ansiedad y dolor emocional). Las mujeres insuficientemente agresivas, así como los hombres, aunque resulta menos común, hacen demasiado por los demás. Tienden a tratar a quienes las rodean como si fueran niños desamparados. Tienden a ser ingenuas. Dan por hecho que la cooperación tendría que estar en la base de toda transacción social y evitan el conflicto (lo que significa que evitan enfrentarse a problemas en sus relaciones, así como en el trabajo). Se sacrifican continuamente por los demás. Quizá parezca virtuoso (y se trata sin duda de una actitud que posee ciertas ventajas sociales), pero puede convertirse, como a menudo ocurre, en algo contraproducente y no correspondido. Puesto que las personas demasiado simpáticas se contorsionan de cualquier forma por los demás, no son capaces de permanecer erguidas cuando se trata de defenderse a ellas mismas. Al dar por hecho que los demás piensan como ellas, esperan, pero no se garantizan, cierta reciprocidad por sus atentas acciones.

Cuando no sucede así, no protestan. No exigen directamente reconocimiento o no son capaces de hacerlo. El lado oscuro de sus personalidades emerge, a causa de su subyugación, y se vuelven resentidas.

A las personas que son demasiado simpáticas les enseño a percibir la aparición de este tipo de resentimiento, que es una emoción muy importante pero también muy tóxica. Tan solo hay dos razones fundamentales para el resentimiento: que alguien se haya aprovechado de ti (o que hayas permitido que se aprovecharan de ti) o la incapacidad de adoptar responsabilidades y crecer. Si estás resentido, busca los motivos y, quizá, háblalo con alguien en quien confíes.

Que podríamos resumirlo en:

Regla 2: Trátate a ti mismo como si fueras alguien que depende de ti.

Y ahora, invitado por esta cita,

Regla 3: Traba amistad con aquellas personas que quieran lo mejor para ti.

Y a vosotros, mis amigos, os dedico estas palabras:

A ti que lees estas cartas con cariño aunque no nos veamos tan a menudo como me gustaría.

A los que habéis hecho que este año disfrute más de entrenar y en especial a los que os implicáis con cariño en la organización, tenéis madera de entrenador y cuidáis hasta el último detalle en un regalo de cumpleaños.

A ti que me has alegrado al contarme que has ganado una batalla a una enfermedad muy compleja y por supuesto a las personas que comparten esa alegría conmigo y que considero también mi familia. Se que para vosotras ha sido un año muy difícil pero este que comienza pinta muchísimo mejor.

A ti que despues de casi dos años sin competir me vuelves a convencer para que compartamos momentos que saben a cloro.

A los que me habéis ayudado a dar forma a esta aventura asesorándome con cariño e implicandoos en el proceso.

A los que, además, me habéis tratado como familia desde el día que nos conocimos y que, antes de recibir mi próxima carta, lo seréis de forma oficial.

A ti que te caracteriza tu buen corazón, no te borra la sonrisa ni la peor de las tormentas y tengo la suerte de poder volver a contar contigo en esta nueva aventura.

A ti que me acompañaste en días de trabajo duro y que, aunque nos vemos menos, hemos podido compartir momentos geniales este año y tengo la fortuna de haberte rebautizado de compañero a amigo.

A ti que vives muy lejos aunque te siento siempre cerca, que pones todo de tu parte para que mantengamos el contacto frecuente. Cierro el año con la alegría de haber podido compartir un cumpleaños como antaño.

A ti que tienes un nuevo miembro en tu familia y, aunque se te echa de menos, me alegra el verte feliz.

A ti que, además de buen conversador a la orilla del Ebro, me has hecho disfrutar de una boda entrañable.

A ti que vives a apenas un piso encima y eres todo bondad.

A vosotros con los que comparto mis mejores aventuras y, llueva o nieve, siempre encontramos la forma de vernos y disfrutarnos. En especial a ti que, como a mí, no te ha quedado más remedio que decir adios para siempre y a ti que has dejado un poco más vacío mi Madrid al irte a trabajar lejos.

A ti que eres madre dos veces y que, a pesar de todo lo que llevas encima, encuentras fuerzas para juntarnos los fines de semana. También a ti que, además de acompañarnos en estas comidas, tienes un corazón de oro, siempre tienes una sonrisa en los labios y voluntad para echar una mano.

A ti que se podría decir que nos has criado y nos sigues cuidando como tal.

A ti que honras tu nombre brillando con luz propia. Deseo que esa magia especial, que no sabría explicar de otra forma que como producto de una sensibilidad e inteligencia sin comparación, siga haciendo felices a los que te rodeamos.

A ti que me estás ayudando a revisar esta carta y me insistes en que no hablo explícitamente de ti en estos últimos recuerdos. Como te dije el año pasado, me siento afortunado de redescubrirte y encontrar en ti la magia de mamá. Tu, junto con Cris, sois de lo mejor de mi vida.

A mi padre, Javier, por ser yo casi una copia de él, por todo lo que me ha enseñado y por aceptar ser parte de esta nueva aventura que comenzamos. Esta carta te la dedico a ti.

Os deseo un feliz año 2022, y, como dice la regla 12:

Si te encuentras un gato por la calle, acarícialo.

Con todo mi cariño