El homo sentimentalis no puede ser definido como un hombre que siente (porque todos sentimos), sino como un hombre que ha hecho un valor del sentimiento. A partir del momento en que el sentimiento se considera un valor, todo el mundo quiere sentir; y como a todos nos gusta jactarnos de nuestros valores, tenemos tendencia a mostrar nuestros sentimientos. Comienzo esta carta con una notable falta de inspiración y muchas dudas sobre qué me gustaría escribir y cómo me gustaría enfocarlo. Seguir leyendo